Durante un tiempo practique Aikido. Me acuerdo cuando el sensei aplicaba en mí
una llave en el brazo, el dolor en mi sistema nervioso era enorme. Ayer recibí
una noticia que me ha dejado de forma
similar. Mientras escribo estas palabras
todavía siento una opresión en el pecho.
En la mañana tenía que salir temprano hacer
diligencias. Hubo una lluvia torrencial
que me atraso una hora.
Estuve buscando en diferentes tiendas un cable USB. En ninguna tienda había. Y para añadir la cerecita sobre el pastel: me
entere que un antiguo interés amoroso
por el cual siento nostalgia está felizmente en una relación. (Anulando
cualquier probabilidad de reconciliación)
Aquí te preguntas:
¿Por qué me sucede esto
a mí? ¿Qué karma estoy pagando?
En primer lugar, las
personas siempre tenemos a exagerar lo
negativos de lo que sucede. Desde la cosa más minúscula hasta algo realmente grave. Vivimos con pesimismo excesivo.
Gran parte de la culpa es a nuestros estilos de vidas
sedentarias, casi que somos actores de
reparto en la película de alguien más.
Te quedas ahí, estático mientras
transcurren las escenas.
Ser sedentario es atractivo porque te desarma, te deja inerte. Hace creas que todo mejorara pero no
hoy. Te quedas esperando a la
expectativa de que todo suceda por arte de magia.
Te has vuelto un ser reactivo, siempre a la expectativa de lo que va a
suceder. Por eso vives de rebote en
rebote, según donde la vida te golpee
rebotas. Mientras tu energía y tiempo se agota en moverte hacia una dirección que no te llevara a
ninguna parte.
En este contexto, la
vida parece infinita. La realidad
es: el infinito es un momento y hay
que aprovecharlo. Cada momento
presente está definido por nuestras acciones pasadas y los momentos
futuros están definidos por nuestras acciones presentes.
Cuando sientes que te rompen el corazón, ese es el momento
en que tienes que luchar con todas tus fuerzas para sentirte vivo. Seguir adelante.
Cambiemos, dejemos de jugar a la defensiva. Seamos la estrella de nuestra película, luchemos con ahínco por nuestros sueños. Escoge aquello en lo que eres bueno y te
encanta. Busca la excelencia en ello.
La vida es corta, no pierdas el tiempo pensando cosas
innecesarias o actividades que no produzca nada fructífero para ti. Trabajo en aquello que te puede convertir en
la estrella de tu vida, tú sabes cuales
son las acciones a realizar pero procrastinas.
Aquí se presentan las dos preguntas que pueden detenerte:
“¿Qué pasa si fallo? O peor,
¿Qué pasa si triunfo?”
Hay que borrar la “desesperanza aprendida”, hay que eliminarla de nuestra mente por
completo. En psicología, este término se usa para describir ese estado mental en el
cual una persona está en una situación adversa pero no hace nada para
remediarlo porque ha aprendido que no es
capaz de solucionar sus problemas.
Eres incapaz de intentar
escapar de este estado porque sientes que eres incapaz de hacerlo, esta
actitud se ha vuelto parte de tu identidad.
Como todo lo asociado con la identidad, si pierdes esto es como perder
una parte de ti.
Un ejemplo de esto, es el entrenamiento que reciben los elefantes en el sudeste asiático. Desde pequeños son amarrados a postes con el objetivo de convertirlos en seres sumisos. Los elefantes pelearan todos los días para
liberarse, pasaran los días y lucharan
para romper las cadenas que los atan a
un poste.
Pero un día esos elefantes se rinden y se acostumbran a la situación. Después de ese punto ya no se necesitan ni
siquiera cadenas, dejan de pelear, sus
cuidadores los pueden amarrar con toda tranquilidad con cuerdas normales. Ya se han
acostumbrado a su situación adversa y no hace nada para cambiarlo, aun
teniendo la oportunidad.
Hay que rebelarse ante ese estado. Hay que ejercer el poder de ser suficiente.
¿Por qué no te sientes como que ya eres todo lo que quieres
ser? Todo lo que quieres que se quede
tu lado aparecerá.
Si necesidad de pedir permiso, sin reacción, sin creencias que te limiten.
La mayor parte de tu vida
has sido lo suficientemente fuerte para enfrentarte a todas las
situaciones que te has enfrentado. Pero la cruda realidad le has dado lo mejor
de ti a las personas equivocadas o las situaciones que no valían la pena. Ahora está atado a un poste con una cuerda.
Nadie se convierte en un fracaso por accidente. Todo es cuestión de las decisiones que
tomas. La decisión de detenerte, la
decisión de rendirte, la decisión de no
importante más.
La única manera en que no te sientas sobrepasado por las
circunstancias es siendo tu que
sobrepases
las circunstancias. Cuando
dejes de actuar como una bolsa de boxeo, dejaras de ser una bolsa de boxeo.
Claro, esto no significa que tengas que ir a la ofensiva
todo el tiempo. Solo aprender esquivar
los golpes de vez en cuando, siempre con una sonrisa en la cara.
Deja de asumir que todo y todos están en contra tuya. No es así,
Asume que hay gente que está ahí para apoyarte, vitorear por ti. En el momento en que te conviertas en una
presencia fuerte en la vida de otras personas y, a la vez, tomar todas las acciones necesarias
para organizar tu vida. Cuando empieces
a obtener pequeñas victorias podrás ver cómo la gente se te unirá.
Tu puedes hacerlo real.
Deja de trabajar en “lucir” de cierta forma, deja de trabajar para obtener apariencias en
vez de obtener resultados. Cuando te
detengas en perseguir el sueño tonto de ser alguien más, será en ese momento
que serás responsable de ti. En ese momento, es cuando empezaras a crear tu propia
realidad.
Ahí te verás solo tú
y nada más que tú, en tu autentica gloria.
En ese momento, serás un ganador.
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